lunes, 23 de noviembre de 2015

Razonar o Crear

"No dejamos de jugar porque envejecemos; envejecemos porque dejamos de jugar"

No sabría ni por aproximación a quien atribuirle la autoría de la frase, lo cierto es que pocas veces encontramos frases tan escuetas con un contenido angular tan extenso como esta.
Desarrollamos desde la infancia ese espectacular resorte evolutivo, que como todos los mamíferos, nos hace atractivo el aprendizaje de lo básico, poniéndonos paulatinamente a punto para el dominio del vivir. Vamos pasando de nuestra rasa inocencia a la acumulación de sensaciones y vivencias que nos van entretejiendo la personalidad. Pasamos de no saber nada a pensar que casi todo lo sabemos, para desde un punto concreto empezar a conocer, cuanto más aprendemos, que cada vez sabemos menos. Nos movemos por etapas, de lo espontáneo e impredecible a lo racional y predecible. Algunos  escapan de este ciclo y logran huir de lo racional fomentando su fantasía, continúan jugando e imaginando, y de ese grupo, un reducto esencial y minimo, es capaz de trasladar a obras tangibles toda su carga interior, ofreciendo al mundo la sublimación del Arte, la literatura, la música, o cualquier expresión plástica que hace reverberar de emociones nuestro  interior.  

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